
Los padres nos sentimos asustados por el contexto de inseguridad que se vive prácticamente en cualquier ciudad; tenemos la tendencia a trasmitirle a los hijos: miedo, pánico, y hasta terror creyendo que es lo correcto. Los padres esperamos que los hijos sepan qué hacer ante una situación en la que se sientan amenazados, pero un niño o adolescente con miedo o pánico, no podrá actuar como se espera.
Ante la inseguridad percibida en nuestras ciudades, los padres no debemos caer en pánico, pues no podremos darles los mejores consejos a nuestros hijos, en el tema de seguridad personal.
Las siguientes, son recomendaciones de sentido común, haz que tus hijos las pongan en práctica.
Habla con ellos con toda la tranquilidad posible, que no detecten tu pánico o actitud alarmista; los hijos pequeños tienen desarrollado el lenguaje emocional y detectarán si algo no anda bien.
Si va al preescolar o kínder, dile que si alguien le toma, le habla, o le mira, y le hace sentir miedo, que lo diga de inmediato. – “si es alguien que no conoces, no importa si es otro niño, acércate con tu maestra, o con la señora que te cuida y platícale. Nadie debe hacerte sentir miedo”.
Con los niños pequeños, no asumas que debe conocer los riesgos a su alrededor por «intuición».
Enséñale palabras «clave» para que sepan si papá o mamá mandaron a esa persona a buscarle. Asegúrate que se aprenda de memoria los números de teléfono de ustedes sus padres, y la dirección de su casa.
Con los niños pequeños (preescolar) no debes manejarles más información, son muy susceptibles al pánico, solo asegúrate que sepan qué hacer al sentirse amenazados o con miedo. Lo demás es confiar en que nunca les pasará nada.
Si ya va a la primaria, es importante hacer un listado de reglas de seguridad que deberá aprenderse, son clave para prevenir situaciones que pudieran ponerlo en peligro.
Este es un ejemplo del Listado de Seguridad, ajústalo a la edad de tu hijo:
Si alguien te provoca miedo con sus acciones, su mirada, sus palabras, dilo de inmediato.
No hables con extraños aún si pretenden ser amables o te dan dulces.
Cuando te sientas con mucho miedo en algún lugar o frente a un extraño, pide ayuda a otro adulto que esté cerca.
Nadie debe tocar tu cuerpo, tus “partes privadas”; ni de broma, ni en juegos, nadie jamás. Si alguien te provoca miedo con sus acciones, su mirada, sus palabras, dilo de inmediato.
Si tocan tu puerta, pregunta “¿quién es” y si no conoces la voz, no la abras
Si alguien que no conoces te pregunta “¿te quedas solo en tu casa?”, “¿a qué hora llegan tus padres?”, etc. son preguntas que no debes responder
Tus padres y tu escuela tienen tu dirección, sabes dónde vives, los demás no deben saber saberlo si te lo preguntan.
Si te quieren atrapar o te corretean, grita lo más fuerte que puedas.
Cuando alguien intente tener un comportamiento que te moleste, di «no», “déjeme en paz”, “usted no me puede hacer eso”, pero dilo fuerte.
Apréndete de memoria el teléfono de tus padres y el de tu casa.
Si ya va a la secundaria o preparatoria, es importante que repases con él, lo que debe y no debe hacer. La adolescencia es una edad en la cual ser arriesgado es común, pero hacerse conscientes sobre normas de seguridad es factible.
Las reglas son básicas para ellos:
No acercarse a vehículos extraños y jamás aceptar un “aventón”.
En su recorrido de regreso a casa, venir atento y no jugando.
No “abandonar su mochila” para jugar, alguien pudiera escondérsela solo para retenerlo arriesgadamente, o introducir algo en ella.
No aceptar la visita de amigos cuando no estén sus padres en casa.
Reportar al prefecto o a sus padres, si algún compañero le ofrece cigarro, alcohol o drogas.
A cualquier lugar que decida ir, debe tener permiso de sus padres.
Saber de memoria la dirección de su casa, el teléfono de sus padres, y el teléfono de algún amigo de sus padres.
Conocer la ruta a su casa en transporte público.
Traer dinero de reserva en su mochila por si es necesario usarlo para emergencias.
No prestar su teléfono celular a extraños “para hacer una llamada de emergencia”
La cultura de la prevención es fundamental, debemos trabajar en ella hasta consolidarla en la conciencia de los hijos; no importa el tiempo que les lleve aprender tus reglas; la seguridad personal es importantísima.
Psic. Gabriel Bello
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